“Me han preguntado quiénes somos”.

Y yo he pensado responder citando una reflexión de una persona, amiga, culta y mujer de letras que dice: “pues sí, nosotros somos hijos de hombres que escondían en lo que hacían su ideal…

…el deseo de felicidad de sus vidas, de la de sus familias y de todo el mundo” y añade “de hombres que viven así renace una creatividad que puede vencer la crisis y una convivencia dirigida al bien común”.

Y quiénes somos: gente que trabaja pensando en el bien común comenzando por el de la persona más cercana a nosotros hasta el de quien entra en relación con la empresa, y aún más hacia quien utiliza nuestros productos y se acerca a nosotros por primera vez con curiosidad.

Por esto la empresa expresa un valor social que es igual de importante que su valor económico y que nos lleva a una conducta orientada a los principios de responsabilidad para una gestión atenta y con perspectivas amplias y de atención hacia un crecimiento de la persona entendida como individuo. Y esta tensión ideal es la que nos sostiene, nos compromete cada día y nos da la fuerza y la determinación para afrontar las oportunidades de nuestros tiempos.